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La cueva referente del arte rupestre en la provincia y la península
lleva siete años cerrada al público por problemas de seguridad y
accesibilidad
Al abrigo del Tajo de las Figuras, un pequeña cueva enclavada en Benalup
frente al embalse del Celemín, la historia cobra vida. Se compone la
escena a la que cientos de años atrás se enfrentaban nuestros
antepasados prehistóricos. La de la bella estampa que se divisa desde lo
alto de este pequeño espacio considerado como una de las joyas de la
pintura rupestre de la provincia, y la tercera de toda la península,
tras Cogul y Altamira. Un enclave colmado de cientos de representaciones
seminaturalistas y esquemáticas de la vida cotidiana y sobrenatural, y
que desde hace siete años está cerrada al público. Es la historia
infranqueable de Benalup, que se desdibuja en la desidia, el abandono y
en las propias particularidades de la zona.
En octubre de 2008 cerró definitivamente este enclave,
aparentemente por problemas de seguridad en el acceso. Aunque la
clausura también encierra otras cuestiones como el terreno pedregoso que
conduce al Tajo, su ubicación en una propiedad privada, y la falta de
iniciativa por parte de todas las administraciones competentes.
Sólo unos pocos consiguen acceder, tras el oportuno permiso
solicitado en Delegación Provincial de Cultura. Pero muchos lo intentan.
Intentan esquivar la mirada de sus guardianes, como la de Juan, un
funcionario de la Junta de Andalucía. Él es el encargado de recibir y
guiar en la codiciada ruta a
Diario de Cádiz. Diecinueve años
lleva haciendo el mismo recorrido, desde la cancela de esta finca
privada, hasta lo alto de la propia cueva. Antes guiaba, ahora sólo
cuida de que nadie invada este terreno, prismáticos en mano.
"Hace más de un año que no viene nadie por aquí", dice. De forma
oficial, claro, extraoficial lo intentan cada día. Porque la historia
del Tajo aparece en todos los libros de Prehistoria y la gente quiere
verlo. Es todo un reclamo no sólo para la comunidad científica, sino
para el público en general. Pero no es sencillo llegar, al menos, no es
apto para todos. No está adecentado, en definitiva.
El terreno es pedregoso y en ascenso, a la par que precioso y
repleto de vegetación, recorrido por ciervos, corzos o jabalís y
sobrevolado por numerosas especies. Es considerado como observatorio
ornitológico preshistórico -recreado en las propias pinturas rupestres- y
como zona de caza mayor, como ya hacían nuestros antepasados. Como
detalle a tener en cuenta, también se practica la caza en la actualidad,
a juzgar por los puestos de caza en el camino y algún cartucho arrojado
en el suelo.
Tras recorrer unos 700 metros y tras sortear rocas de gran
tamaño el visitante se planta ante la gran escalera metálica dispuesta
totalmente en vertical de unos cinco metros de altura, en un primer
tramo. "Antes del 94 había un palo cruzado ahí arriba y subían por una
cuerda", recuerda Juan, que se adelanta para abrir la trampilla que la
separa del resto de la humanidad, y deja paso al pequeño pero fascinante
espacio, donde se han llegado a distinguir hasta 507 representaciones
entre figuras humanas, representaciones animales en gran parte, y
signos, realizadas entre el Paleolítico Superior y el Cobre o Bronce
inicial. Un refugio para nuestros ancestros más creativos, que fue
alcanzado en una primera expedición hace ahora 102 años, declarado
Monumento Arquitectónico Artístico en 1924, declarado BIC en 1985 y
distinguido en 2011 como Itinerario Cultural del Consejo de Europa.
Ya estaba cerrada cuando recibió el galardón, y así continúa
hoy. ¿Los motivos? La dejadez y varios argumentos lanzados de un lado a
otro del tejado. Su ubicación en terreno de un particular es uno de
ellos, aunque hasta hace unos años sí que estaba abierto pese a esta
particularidad algo generalizada en la zona. Cuentan por las calles del
pueblo que "la propiedad pidió a la Junta de Andalucía hacer por escrito
esta cesión, pero no se hizo". Algo que se complicó, añaden, cuando el
propietario adquirió unos terrenos en el municipio para la construcción
de un complejo turístico al que no accedió la administración autonómica.
Pero nadie confirma esto. Nadie se atreve. Y el propietario, Fernando
Quesada, es casi tan inaccesible como la cueva, no quiere hablar con la
prensa, pero dos de sus amigos sondeados por este periódico aseguran que
"si la Junta le ofrece una permuta que le interese, lo aceptará", dice
José María. De hecho, "ya se pusieron en contacto con él pero no llegó a
nada", comenta otro amigo, Maxi.
No desmienten esto fuentes de la Junta de Andalucía,
concretamente con la Consejería de Medio Ambiente al frente. Aunque
aseguran que esta negociación "no ha sido nunca de nuestra competencia".
Estas mismas fuentes señalan que la cueva puede ser visitada por
entidades con objetivos científicos, a través de la solicitud oportuna
en la que la persona interesada declara que se hace responsable de
"posibles contingencias" derivadas de la visitas, dado el riesgo que
puede conllevar para determinadas personas.
El Ayuntamiento de Benalup tampoco toma las riendas sobre el
futuro inmediato del Tajo. Reivindican que "desde un principio el
Ayuntamiento se ha dirigido a la Delegación de Cultura para abrir al
publico el Tajo de las Figuras". Y que
en febrero de 2012 el espacio fue visitado por la anterior delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado, que habló de una actuación integral en la zona que fue
presupuestada en 150 mil euros, para el adecentamiento y sustitución de
escaleras. Este proyecto se integraba en el programa Andalucía Viva y su
aprobación final correspondía al Gobierno central, siempre que el
proyecto se financiara a partes iguales entre la Administración General
del Estado y la Junta de Andalucía. Pero no cuajó por la crisis, como
siempre que algo no cuaja.
También informan en nombre de la alcaldesa, Amalia Romero, de
que "en febrero de 2013 se aprobó por pleno una moción por unanimidad en
el que el Ayuntamiento instaba a la Junta a adoptar medidas de
seguridad necesarias para que el acceso sea visitable. Se solicitaba al
Ministerio de Fomento que a través del 1 por ciento cultural se actuara
en esta zona, así como la creación del centro de interpretación, la
propiedad pública del camino de acceso y la habilitación de zona de
aparcamiento".
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Una intervención cuantiosa, pero que según el profesor del IES
Casas Viejas de Benalup, Salustiano Gutiérrez, muy implicado en la
causa, "no es comparable a la millonada que llevan gastado en el área
recreativa del Celemín a lo largo de 22 años, aún cerrada, sin abrir al
público". A esto se suma la inversión realizada en 2005 de limpieza y
consolidación de la propia cueva por Eduald Guillamet y el estudio de
este enclave por Martí Mas Cornellá, así como la potente inversión de
dos millones de euros en el fascinante
Centro de Interpretación Cádiz Prehistórico en Benalup, inaugurado en 2009. Por cierto, que no figura
en su museografía un apartado propio para el gran anfitrión, el Tajo.
Dicen en el propio espacio museístico que puede deberse a que en su día
se iba a construir el propio centro de interpretación en la zona del
Celemín.
Pero el tiempo pasa y nada se mueve. Salvo en las conversaciones
de los propios vecinos, por las calles y bares del pueblo, donde se
quejan del abandono, de la falta de un proyecto integral y dinamizador
turístico cultural que tenga como referente el arte rupestre en sintonía
con el potencial natural de la zona. Aprovechar la sinergia de un
entorno que necesita de este tirón que atrape las miradas foráneas. Hay
que tener en cuenta que en las sucesivas campañas que se han
desarrollado por el entorno de la laguna de la Janda se han documentado
hasta 224 abrigos con arte rupestre, donde la visibilidad y domino de
los valles es el denominador común. Un contexto muy rico en historia y
con una historia cerrada y por contar.
"Ya no viene tanta gente como antes a Benalup, y reabrir la
cueva sería una oportunidad para el pueblo, que sea su marca", dice el
dueño de un céntrico bar. Mira que es el Tajo quien presta su imagen a
mucha cartelería del municipio, a bares, a su centro de prehistoria.
Todos conocen que hay buen arte prehistórico. Pero nadie puede verlo. Y
mientras tanto, la historia del Tajo de las Figuras se desdibuja.
Virginia León / diariodecadiz.es
Actualización 10-09-15:
Salvemos la singular cueva del Tajo de las Figuras
Como si la cosa no fuera con nosotros, ni con nadie, en 2014 se cumplió un siglo desde el descubrimiento oficial del Tajo de las Figuras (1). Después de 100 años (que no son nada para un bien que tiene miles), todo el revuelo mediático que supuso para la época, todo ese incipiente interés quedó olvidado y con él todos los yacimientos rupestres localizados en esa primera etapa que vivió la prehistoria gaditana...
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